Su Beatitud Yuri Emigidiusz Ryzy.
Su Beatitud Yuri (Emigidiusz J. Ryzy) |
"... Él salvará a su pueblo de sus pecados"
(Evangelio según San Mateo 1, 21).
En el apego a la fe de los Apóstoles, su Beatitud Yuri (Emigidiusz J. Ryzy), nos ruega a no perder el sentido, a no olvidar el mensaje de las Buenas Nuevas, que de por si son raras, por ejemplo el primero de Enero es el día de María Theotokos, cuando el concilio de Efeso ratificó que María es Madre de Dios, aquí tenemos algo para recordar.
Su Beatitud Emigidiusz Ryzy, anima siempre desde el Evangelio, en la vigilancia y en el denuedo, sacrificio y valor que surge de la fuente Divina y de la gracia. El texto que cita de San Pablo es velad o sea mantenerse despiertos, “en el orad sin cesar”, y esta oración se mantiene despierta por la carga de aceite de nuestro corazón, Su Beatitud dijo en la Rca Argentina que compartimos el mismo cielo y la misma tierra, por eso no podemos dejar de perder la capacidad de ser sal, o sea ese elemento conservante y luz de este mundo, iluminando el mensaje de salvación de Cristo. El celo de Emidigidiusz se traduce en el celo hacia los perseguidos en diferentes partes del mundo, por causa de la justicia del Reinado de Cristo, pidiendo el socorro de Dios para ellos, y nosotros dedicarnos a la oración en la Iglesia y personal. ¡Como olvidar a los millones de mártires que dieron su vida por la fe! verdaderamente regaron con su sangre esta tierra y son nuevas flores en el paraíso. Su Beatitud pregona ser sal, salir del salero, para dar a conocer la noticia que Cristo es un Rey celestial, que está cerca de los desamparados, pobres y huérfanos, y que lo importante es abrir el corazón, a Jesús, es el mejor paquete que podemos entregar a Dios; el corazón (podemos recordar del profeta Jonas) No olvidar que Cristo está cerca de lo que mas lo necesitan, que el acontecimiento más grande es hacer nacer a Jesús en el corazón. No podemos permitir que este mensaje se desvanezca por los dardos del malignos, o por un enturbiamiento de la visual, el pecado, las guerras y el hambre es lo que destruye y nosotros como Ortodoxos nuevamente nos afianzamos en al Novedad del Nacimiento de Jesús, que sin excepción siempre nos ayuda, sólo Él salva del desastre más grande - del poder del pecado. Sólo a través de Él podemos acercarnos a Dios. Después de todo, Jesús es "... el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre, sino por mí "(San Juan 14, 6). Amíñ.
Joel 2, 13 "Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos al Eterno vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo"